domingo, febrero 07, 2016

Bertram Kastner (7) - Cartas sobre la mesa

Esta es la 7ª página del relato interactivo de Bertram Kastner, basado en el juego Vampiro La Mascarada. Puedes participar en los comentarios decidiendo sus siguientes pasos.

Una trágica noticia ha revolucionado a Bertram. ¿Conseguirá respuestas sobre lo ocurrido?


   Trebet agarró con más fuerza a Bertram para evitar que pudiera soltarse y agrediese a Garet. En su forcejeo, había tirado al suelo varios de los papeles y objetos que había sobre la mesa; cosa que no pareció importarle a Garet. Este miró a la mujer que los había acompañado al despacho y le hizo un gesto de asentimiento con la cabeza. Ella, que se había quedado cerca de la entrada, comenzó a acercarse a donde estaba el forcejeo.

—Bertram, sabemos que es una noticia muy trágica para ti y entendemos que estés así de enfadado —empezó a decirle la mujer mientras avanzaba hacia él—. Pero debes calmarte. Queremos hacer todo lo posible para ayudarte y necesitamos que colabores con nosotros para determinar cuál es la mejor forma de hacerlo.



   Cuando ella llegó a donde estaban ellos, Trebet tiró de Bertram hacia atrás, arrojándolo violentamente sobre una de las butacas que había alrededor de la mesa y quedando de nuevo sentado. Pero antes de poder reaccionar para volverse a levantar, una sensación de paz invadió su mente.

—Debe ser frustrante el no haber podido proteger a tu familia —continuó la mujer mientras acariciaba el pelo de Bertram, como si de un gato se tratara—. Entendemos tu situación, pero para nosotros eres un desconocido, al igual que lo somos nosotros para ti.

—¿Me permites contarte todo lo que sabemos sobre lo ocurrido? —le preguntó Garet con una mirada sincera y conciliadora—. Y por supuesto, cómo lo sabemos.


   Parecía que, de alguna manera, el reciente recuerdo de la tragedia que había asolado a su familia se había alejado de su mente, provocando que la actitud de Bertram volviera a ser calmada y receptiva. Aunque había algunos detalles que le hacían no confiar plenamente en esa gente, pensó que eran los únicos que le podrían ayudar en aquellos momentos. Además, estaban dispuestos a darle las explicaciones que reclamaba, pero con su repentina actitud violenta fue consciente de que no les había dado opción.

—Será mejor que les deje hablar y no me muestre violento ante ellos —recapacitó Bertram mientras adoptaba una postura más relajada.

—Gracias, Erika. Tomad asiento vosotros dos también —le indicó Garet a la mujer y a Trebet, quien estaba atento a cualquier nuevo movimiento que pudiese hacer Bertram.


   Erika ocupó la butaca que había justo al lado de la que estaba ocupando Bertram. Por su parte, Trebet se sentó en un sillón que había en uno de los laterales de la mesa. Era una posición estratégica, ya que podría interceptar a Bertram en el caso de que sucediera otro eventual alzamiento hacia Garet. Finalmente, este último también se sentó y se dispuso a contarle a Bertram todo lo que quería oír.

—Los vampiros hemos organizado una sociedad secreta desde hace siglos a lo largo de todo el mundo —comenzó a exponer Garet—. Para mantener nuestro sistema sostenible y oculto a los mortales de a pie, varios de nosotros regimos cada ciudad, controlando quién llega, quién es convertido o quién está montando jaleo. Hay quienes se saltan estas normas por pura diversión o locura y esto nos pone en riesgo al resto.

—Volker... —pronunció Bertram.

—Él. Sobre todo él —admitió Garet haciendo un gesto con sus manos—. Por eso tenemos varias patrullas a lo largo de la ciudad para vigilar que todo esté en orden, limpiando cualquier rastro que nos pudiera delatar y desenmascarar a ojos de los mortales.


   Bertram miró hacia Trebet, quien aprovechó para hacerle una reverencia simulando que se quitaba un sombrero cuando Garet se refería a él y sus compañeros.

—No todas las ciudades están tan bien organizadas como la nuestra, ya que pueden estar gobernadas por gente aún peor que Volker Banach. Sin embargo, Vennysbourg es una ciudad amiga y tenemos buenos aliados allí. Por eso, cuando llegasteis y uno de los hombres de Trebet me habló de ti, quise averiguar quién eras y me puse en contacto con ellos —admitió Garet.

—¿Y qué te dijeron de mí? —cuestionó Bertram con un interés creciente.

—Nada. Como vampiro, eras un total desconocido para ellos —le respondió un desconcertado Garet—. Posiblemente, al ser un recién convertido, no has dado lugar a la organización de tu ciudad a que se percataran de ti. O quizás, porque tu lugar de origen es otro.

—Te puedo asegurar que vengo de Vennysbourg —se defendió Bertram.

—Lo sé, ahora no lo pongo en duda —intentó tranquilizarle Garet a la vez que hacía gestos de calma con sus brazos—. En apenas una hora, todo ha cambiado. Me han corroborado que un mortal llamado Bertram Kastner tiene su residencia allí. Es decir, tú.

—Así es —reconoció aliviado.

—Sin embargo, para la sociedad vampírica de Vennysbourg, has pasado de ser un simple mortal a convertirte en el más buscado de la ciudad —le espetó Garet abriendo sus ojos para transmitir su sensación de sorpresa.

—¿Y a qué se debe ese honor?


   Garet apoyó los codos sobre la mesa y se inclinó hacia Bertram.

—Obviando el hecho de que cualquier conversión en vampiro no autorizada está perseguida con la muerte del neonato y un gran castigo para el creador...

—¿Qué? —interrumpió Bertram temiendo por su vida.

—Calma, no sabemos dónde fuiste convertido, así que aquí haremos la vista gorda —le aclaró Garet.

—¿Gra... gracias?

—Volviendo al tema sobre la razón de tu búsqueda y captura, es algo que nosotros ni nuestros aliados sabemos —se excusó Garet—. Como te he comentado, eras un total desconocido para ellos. El incendio en la casa de un tal Bertram Kastner no era nada trascendental para mis colegas de Vennysbourg, hasta el momento en el que les he hablado de ti. Poco después, han detectado que varios individuos habían llegado a la ciudad con el objetivo de encontrarte. ¿No es inquietante?

—Han... ¿han sido ellos los que...? —preguntó Bertram intentando contener su ira al recordar de nuevo el incendio de su hogar.

—Es pronto para sacar conclusiones, pero no habría que descartar esa opción —admitió Garet asintiendo—. He solicitado que investiguen todo lo posible sobre lo ocurrido en tu casa y que me informen de inmediato ante cualquier pista. También me avisarán de cualquier cosa que averigüen sobre los visitantes que están tras tu rastro.

—Tengo que volver a mi casa y verlo todo con mis propios ojos —reclamó Bertram apretando los puños sobre la mesa—. Quiero encontrarme con quienes me estén buscando y descubrir quienes son los asesinos de mi mujer y mi hijo.


   Eso hizo que Trebet volviera a ponerse en alerta, tras haber bajado la guardia antes de los últimos compases de la conversación.

—Ahora mismo no es buena idea que vuelvas a Vennysbourg —le advirtió Garet, frenando con un gesto a Trebet ante su repentina reacción—. Te están buscando allí y no sabes qué podrían hacer contigo si te encuentran. Y te aseguro que lo harán. Además, si eres un vampiro neonato que fue creado sin permiso allí, cualquiera tiene derecho a eliminarte en cuanto pises la ciudad. Aquí en Stuttgart no te van a buscar y estarás a salvo bajo nuestra protección. Si te sientes más tranquilo, pediré que protejan los restos mortales de tu familia si así lo deseas.


   Estas últimas palabras afectaron a Bertram, que no pudo evitar derramar varias lágrimas de color rojizo mientras asentía con la cabeza.

—Bertram, ¿quién está al corriente de tu visita a Stuttgart? —le preguntó Erika mientras intentaba animarlo agarrando sus puños.

—Estaría bien saberlo por si esperamos recibir compañía y tuviéramos que desplegar algún dispositivo especial —añadió Trebet, totalmente comprometido con la causa.

—Solamente se lo conté a Alger —declaró Bertram—. Iba a alojarme unos días en su casa.

—Pues dadas las circunstancias, hoy permanecerás aquí —le informó Garet, como si no tuviera otra opción—. Seas quién seas, no es bueno que deambules por las calles. Cuanta menos gente sepa que estás en esta ciudad, será mejor para ti y para todos.



Siguiente



Pronto amanecerá, pero es la hora de tomar una decisión. ¿Aceptará Bertram la invitación de Garet?

A) No, prefiere refugiarse en casa de Alger. Lo buscará para coger sus llaves.
B) Sí, y aprovechará para hablar con Erika y obtener más información suya.
C) Sí, e intentará hablar con Trebet para saber más sobre Volker Banach.
D) Sí, e intentará investigar por su cuenta lo que se cuece en ese sitio.


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11 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Opción D registrada. Te llevas una participación extra para el sorteo :D

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  2. Yo me quedo con la B. A ver que más le pueden contar.

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    1. Opción B registrada correctamente. Gracias por participar

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  3. Yo B, que para algo he votado en la encuesta del nombre. Ahora mismo el personaje tiene que aclarar sus ideas, su familia ha muerto y no hay prisa... e incluso suponiendo que no fuera así y que le estuvieran mintiendo, poco podría hacer solo.

    pd: Veo que no hay problemas en quemar nada en la ciudad si no lo hace un inocente malkavian ¡injusticia!

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    1. Opción B registrada. Te llevas una participación extra para el sorteo.

      ¿Qué nombre elegiste? ¿Erika o Alicia? Los cambié justo en el último momento.

      PD: ¿Quién te dice que la casa no la haya quemado un Malkavian? :D

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  4. Respuestas
    1. Opción A registrada. Consigues una participación extra para el sorteo!!

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  5. Respuestas
    1. Opción C registrada. Consigues una participación extra para el sorteo!!

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  6. Se cierran las votaciones. Sale elegida la opción B con 2 votos. Muchas gracias a todos por participar.

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